El Diario Montañés
JOSÉ CARLOS ROJO
«Estamos cansados, pero lo aprendido servirá para gestionar mejor futuros brotes»
Los sanitarios cántabros confían en que los protocolos ya fijados y el conocimiento del virus ayuden de cara a la temida llegada del otoño
El acopio que se ha hecho de material y equipos especiales es fundamental «para no volver a depender de los proveedores»
Toda experiencia pasada puede ser una lección de vida; más si cabe en el contexto de esta pandemia, donde el conocimiento del virus otorga una ventaja competitiva que puede terminar salvando miles de vidas. Si en el plano más global científicos de todo el mundo se quitan horas de sueño para dar con una vacuna eficaz y analizar docenas de fármacos que pueden tener un efecto positivo frente a la infección; en el más local, los sanitarios cántabros han aprendido también del pico de contagios vivido a finales del pasado marzo.
«Están ya adoptados protocolos, circuitos de gestión, etc. Todo lo que hemos aprendido en el momento álgido de los contagios, cuando se produjo el pico, está ya instalado en la sanidad cántabra», afirma Celia Gómez, gerente del
Servicio Cántabro de Salud. «Nuestra responsabilidad es ahora estar preparados para el peor posible de los escenarios. Aquel que nos obligaría a disponer de hasta 2.500 camas y a tener un estocaje de material que ya hemos adquirido para no estar pendientes de los proveedores», zanja.
De producirse la hipotética nueva ola de infecciones que avanzan los agoreros, el otoño diluiría pronto el sueño estival que se vive en la actualidad, que parece haber dejado atrás la amargura del confinamiento y las cifras del virus. En ese escenario se uniría el ataque del coronavirus, de la gripe estacional y de los catarros comunes. «Lo único que pediríamos, si pudiéramos hacerlo, sería que esa ola tardara en llegar, que nos dejara un tiempo de descanso porque los sanitarios están agotados. Muchos están descansando estos días y es preciso para que regresen con fuerzas renovadas», señala Gómez.
Quizá ese futuro negro nunca llegue. «Lo que a veces olvidamos es que precisamente debido a que tememos la llegada de este otoño, estamos adoptando medidas de protección que poco a poco van calando en la población, como el uso de la mascarilla, la higiene de manos y la distancia social, que pueden ayudarnos a salvar muchas vidas», concreta el presidente del Colegio de Médicos de Cantabria, Javier Hernández de Sande.
Necesidad de médicos
Lo que parece aún pendiente es la solución al déficit de personal en Atención Primaria. «Necesitamos más médicos y especialmente ahora que la labor de los rastreadores se está volviendo tan importante», concreta Hernández de Sande; aunque asegura que alguna de las protestas ciudadanas surgidas en torno a esta demanda no están bien fundadas. «Hay pacientes que se quejan de que ahora alguna consulta se realice por teléfono, pero es que el profesional sanitario debe hacerlo así para preservar la seguridad en el caso de que considere que no es precisa una consulta presencial».
Es el colectivo de sanitarios dedicados a la atención primaria quien recibirá una formación específica a partir del próximo lunes en materia de vigilancia epidemiológica. «Es lo que comúnmente se conoce como rastreadores, aunque no sea la palabra más adecuada para definir a estos profesionales», concreta Alicia Gómez, gerente de Atención Primaria. «Hemos aprendido que son cruciales para atajar los nuevos focos y para frenar la propagación de la infección». Está programado formar a un profesional por cada zona básica, y en Cantabria hay 42. Después se hará una segunda tanda de otros 42 y lo idóneo sería terminar formándolos a todos.